Chile, sus leyes, su gente, sus Iglesias se han ido apartando de Dios, de sus Leyes y de sus Mandamientos.
La homosexualidad, el lesbianismo, el robo, la mentira, la traición, la violencia, la brujería, el satanismo, el amor al dinero, el ateísmo, entre muchos otros pecados están logrando que esta nación se aleje de Dios.
Ya no existe temor de Dios, y se evita cualquier mención al arrebatamiento, a la tribulación o al Juicio de Dios. Cualquier actividad que realizan personas que se dicen seguidoras de Cristo o incluso sus ministros, ya no se consulta al Señor, sino que son las propias decisiones humanas quienes sirven de guía. Por ello, aparecen nuevos evangelios, como el evangelio de la prosperidad, el evangelio sólo centrado en el amor de Dios, y el evangelio centrado sólo en la entretención musical y los espacios centrados en la emoción. Pero poca Palabra de Dios, que guie y enseñe la voluntad de Dios. La psicología ha reemplazado la Biblia, y muchos justifican orientarse a la política, argumentando que se quiere influir para el Reino de Dios. Pero, Dios conoce los corazones de cada uno.
Nada de hablar de ayuno, nada de hablar de arrepentimiento, santidad, justicia, nada de alejarse del pecado. Pues bien, debemos recordar a todos que la palabra de Dios es clara:
- Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. (Mateo 4:17)
- El que encubre sus pecados no prosperará;
Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. (Proverbios 28:13)
- Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón (Hechos 8:22)
- Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento (Mateo 3:8)
- Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio (Hechos 3:19)
- Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. (Lucas 17:3)
- Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad (2 Timoteo 2:24-25)
- Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. (Marcos 6:12)
- Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2:38)
- Por tanto, confesaré mi maldad,
Y me contristaré por mi pecado. (Salmos 38:18)
Arrepiéntanse y retornen el Señor. Cristo Viene por una Iglesia Santa, sin mancha y sin arrugas. No viene por una Iglesia Mundana.